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SOFOS: LA ENOLOGÍA LÓGICA

Casta Cigüente

Casta Cigüente

La casta cigüente, es una variedad de uva blanca autoctona de Extremadura. Se trata de una variedad en vías de recuperación pues su presencia en dicha comunidad aupenas supera las 0,35% del viñedo, localizandose en la provincia de Badajoz.

Se trata de una variedad emparentada con las Malvasías, en concreto con la Malvasía Castellana. Aunque es una vid autoctona, es psoible que como consecuencia de la Filoxera se exportase a otras regiones como Galicia, Castilla y Leon o Portugal, adoptando nombres como Doña Blanca, Moza Fresca o Dona Blanca. En Extremadura está muy emparentada con la variedad Borba, según se extrae de estudios recientes en comparación con los datos del Banco de Germoplasma de Vid de "El Encín", aunque se observa cierta diferencia entre ellos morfológicamente, por lo que posiblemente se trate de la misma variedad y diferentes clones. Estos estudios demuestran que se trata de una variedad muy afincada en Extremadura, debido a la diferentes clones y nombres de la misma.

El Padre Ecija (1448) al elaborar la lista de las variedades que se cultivaban en Guadalupe en aquella época, cita entre las uvas blancas principales a Cigüentes.

En un tratado de Herrara de 1513, es descita como "Es una clase de uvas semejantes a las albillas, que requiere suelos más calientes y enjutos para que no sean tan vigorosas y no se pudran las uvas. Su vino es oloroso y claro y se conserva bien".

AMPELOGRAFÍA:

Hoja: Posee una hoja grande, pentagonal con 5 a 7 lóbulos, vellosa en el envés.

Racimo: Es de tamaño medio, compacto y corto de pedúnculo, posee una baya de tamaño medio, no uniforme y de color verde-amarillo, siendo la piel de la misma poco gruesa.

Desborre: Medio-Tardío.

Maduración: Precoz.

Vinos: De ella se obtienen vinos finos y aromáticos. Se suele emplear para complementar a otras variedades.

Localización en Extremadura: Los últimos reductos de ésta variedad los localizamos en la comarca de La Serena (al suereste de Extremadura), siendo la caracteristica principal de los suelos sobre los que se asienta, arenoso y graniticos con un alto contenido en pizarra.

Clones: En el Centro de Investigacion de la Finca La Orden en Guadajira, tiene varios clones de Cigüentes entre ellos el 8CA19 Y el 8CA31 que son los que estan autorizados en Extremadura.

SOFOS: Estamos actualmente localizando parajes plantados con ésta variedad, con el fin de poderla emplear en añadas venideras.

SOFOS 2009 (Cata de barrica) PARDINA

SOFOS 2009 (Cata de barrica) PARDINA

MUESTRA: 22/11/2009

Nota: El vino entró en la barrica el día 26/09/2009

Debido al proceso de batonnage, el vino presenta una alta turbidez, por lo que no valoraré la coloración del mismo.

Se trata de un vino muy denso y glicérico. En la fase olfativa se perciben notas de fruta blanca madura (melón y plátano), sobre un fondo vegetal que nos recuerda al anís o al hinojo. Las sensaciones de madera apenas son percibidas.

En boca, el vino posee un marcada acidez que lo arrastra hacía el final de la boca, dotándolo de longitud. Posee además un ligero amargor final, propio de la variedad. En el postgusto, se perciben notas frutales muy persistentes.

VALORACIÓN: Se trata de un vino con una acidez muy marcada, que equilibra mucho con el elevado GAV (15,5%), lo cual augura una correcta, beneficiosa y lenta maduración en la barrica. En cuanto a sus notas aromáticas, el vino no ha sufrido modificaciones significativa.

Casta Pardina

Casta Pardina

Se trata de una casta autóctona extremeña, siendo especialmente abundante en la comarca de Tierra de Barros, en el corazón de Badajoz, donde también se la conoce como Hoja Vuelta y Baladí. Siendo éstas las únicas sinónimas admitidas, ya que algunos han tratado de emparentarlas con la Albuillo Real o con la Jaen Blanco, las cuales se tratan de variedades muy diferentes. Es posible que se confunda también con la variedad Cayetana Blanca, autoctona de la comarca, ya que su morfología es muy semejante, aunque la diferencia reside en las cualidades organoleptica del mosto-vino, siendo la Cayetana una variedad muy neutra y de poco ineres enológico, destinandose principalmente a la elaboración de Brandy.

Se caracteriza por ser una variedad vigorosa, con un rendimiento medio. Su fructificación y maduración son media - tardía, lo que la convierte en una variedad muy adaptada al clima seco de la comarca.

Sus racimos poseen un tamaño medio con bayas esféricas  de tamaño medio-pequeñas. Hay que señalar que sobre esta variedad existen pocos estudios sobre el potencial enológico, aún así en los últimos años, y debido a la mejora en las técnicas de elaboración, se observa que se trata de una variedad con buen potencial aromático, aunque poco terpénica, ello propicia que se pueda trabajar con ella sometiéndola a estancias más o menos acusadas en barrica. Los aromas característicos de ésta variedad son las notas tropicales (piña, plátano, mango…), junto con un fondo de monte bajo (jara, anisados…), sobre su potencial de envejecimiento no existen trabajos, aunque debido a su correcta acidez, equilibrio de aromas, presencia de glicerol y de extracto seco, podemos augurar una buena evolución en la barrica.

Solo el tiempo sabrá dotar de relevancia a ésta variedad, pues ya tuvieron su ocasión otras como la Verdejo, Xarelo, Garnacha blanca,… o tintas como la Bobal o la Prieto Picudo…

VINIFICACIÓN SOFOS 2009

VINIFICACIÓN SOFOS 2009

Antes de comenzar éste resumen detallado del proceso de elaboración de la añada 2009, me gustaría volver a puntualizar que SOFOS, no es un vino en sí, sino que es un concepto enológico, no elaboraré un vino por el hecho de tener uvas para ello, sino que desearía aportar algo más a éste mercado globalizado y estandarizado. Ésta máxima que he repetido con asiduidad, se está materializando en ésta añada 2009…

La añada 2009 se ha caracterizado por una primavera muy benévola para la vid, con temperaturas optimas para la fructificación y unas lluvias poco abundantes, pero justas. Sin embargo, el verano ha sido excesivamente caluroso y seco. Los saltos térmicos entre el día y la noche han sido muy poco pronunciados, afectando ello a la correcta maduración fenólica de la uva tinta. Por ello, hemos decidido reinventar un nuevo SOFOS, posiblemente el reto más difícil e interesante que hemos elaborado, no solo para nosotros, sino para la enología extremeña.

Para ésta añada hemos partido de una variedad autóctona extremeña, la PARDINA, se trata de una variedad de uva blanca, poco terpénica pero con aromas frutales muy sutiles y frágiles, los cuales nos llevan a extremar al máximo las precauciones durante las diferentes etapas de la vinificación.

La vendimia se realizó el 19 de septiembre con 16 ºBaume, una vez la uva estuvo en la pequeña bodega, se procedió a una selección manual de racimos y bayas, esto que puede sonar “comercial”, fue llevado al extremo, pues solo nos interesaban las bayas sanas, por lo delicada que es ésta variedad, aromáticamente hablando. Se prosiguió con un despalillado y estrujado suave. La masa se maceró durante 5 horas y posteriormente fue sometida a un ligero prensado para evitar extraer materias oxidables.

El mosto se desfangó por gravedad durante 12 horas a 12ºC, y tras ello se encubó en un pequeño depósito de fermentación, donde se realizó una siembra  de levaduras seleccionadas. La fermentación fue conducida a una temperatura de 18ºC y cuando la densidad se situó en 1030 se llevo el mosto en fermentación a una barrica azuelada de roble francés de Allier con un tostado ligero, de la tonelería François Frères. Donde finalizó la fermentación y donde continúa el mismo sometido a dos batonnage semanales. El vino es controlado analíticamente quincenalmente, pues la idea en principio, es someter el vino a una estancia en la barrica de 8 a 12 meses, ya que el vino muestra un gran potencial de envejecimiento.

ANALÍTICA 16/10/2009

GAV: 15´55 %vol.

A.Total: 7,8 g/l (en tartárico)

A.Volatil: 0,38 g/l

 

 

Extremadura son sus vinos

Extremadura son sus vinos

Extremadura o “La tierra de los extremos”, excelente tópico para empezar éste desglose de los vinos extremeños. Pues Extremadura en sí son los extremos, los contrastes. Antaño fue Tierra de fronteras, suelo de batallas y cuna de Cortés, Pizarro y Núñez de Balboa…de conquistadores. Pero también fue la Tierra del olvido, del hambre y la pobreza, del hombre huraño, el jornalero y del cacique…

El viñedo ha estado presente desde tiempos remotos, aunque de aquellos viñedos a los de hoy, ha corrido el tiempo y los sinsabores.

En lo referente a sus vinos, Extremadura es una Tierra que busca su identidad, su esencia y su distinción. Lo cual no resulta fácil, si tenemos en cuenta que su viñedo lo ocupan más de 30.000 ha. repartidas por todos los rincones de su geografía.

Para comprender un poco más la Extremadura de los vinos, podemos entenderla como una pirámide (en ordenación) en la cual, encontramos en su cima los vinos acogidos al C.R.D.O. Ribera del Guadiana, en un segundo escalón están los Vinos de la Tierra de Extremadura y en último lugar, sumergidos bajo dicha pirámide, los Vinos de Pitarra. También habría que mencionar, aunque fuera de ésta clasificación, las pequeñas aportaciones enológicas acogidas al C.R.D.O. CAVA y espumosos.

El C.R.D.O. Ribera del Guadiana fue una de las últimas en constituirse como tal, siendo aprobada en 1997. Ampara a seis subzonas, cuatro de ellas en la provincia de Badajoz (Matanegra, Tierra de Barros y las Riberas: Alta y Baja) y dos de ellas en la de Cáceres (Cañamero y Montanchez), con diferencias muy notables entre ellas: suelo, clima, altitud, variedades… ¿entienden ahora a lo que me refería con extremos, verdad?... no por esto, sus vinos están exentos de calidad, aunque si resulta difícil dar una visión global de los mismos. La Denominación de Origen, ha de entenderse, como el marco de protección de la autonomía, singularidad y tipicidad de un producto, y no solo como el escaparate comercial al que aferrarse a la desesperada. Luego para la mantener la esencia de sus vinos (y en algunos casos encontrarla), habría que dotar de más independencia enológica y comercial a cada una de las subzonas, evitándose de ésta forma la globalización o estandarización del vino extremeño y los sinsabores que ello acarrea. Así se recomienda a todo aquel interesado en adquirir algún vino de la D.O. Ribera del Guadiana, que pruebe vinos de las seis subzonas, pues los hay verdaderamente excelentes, además poseen una muy buena relación calidad/precio, lo cual no supondrá un gran desembolso económico.

Siguiendo con la clasificación piramidal, el siguiente escalón lo ocupaban los Vinos de la Tierra de Extremadura. Éstos representan como ninguno el presente y el futuro de los vinos de Extremadura, y ello es posible en gran medida, a la flexibilidad normativa del organismo regulador, dotando a los viticultores y a los bodegueros de una mayor libertad creativa. Son vinos que encierran algunos rasgos del terruño, dando esperanzas a esa búsqueda de tipicidad. Aunque como casi siempre, solo algunos de ellos, dan el santo al mercado nacional e internacional, ¿pero son esas las muestras más representativas…? tal vez no…, y sería injusto por el abajo firmante, que dejase en el olvido a esas pequeñas bodegas, así no me puedo olvidar de Privilegio de Chacona y su Merlot ¡fermentado en barrica! o del Nadir Tinto Roble, pura potencia frutal, calidez y complejidad. Los Coloma de Amelia y su futuro Evandria. Pero también están los grandes marca, de las cuales poco hay que comentar, ellos lo saben hacer bastante bien, así tenemos los HABLA de Bodegas y Viñedos de Trujillo, excelentes vinos, aunque con un marketing más acorde al sector de la moda que al del vino, otra de éstas grandes muestras es el Marques de Valdueza, alabado por los críticos del sector. Los deberes de los Vinos de la Tierra, están hechos, solo falta que se les de el reconocimiento que merecen.

Por último, y ahondando en los cimientos de la pirámide, encontramos los desterrados Vinos de Pitarra, ¡Que daño han hecho estos vinos al mercado de vinos “de calidad” extremeños…! ¿Verdad…? ¡Que pena que no se hubiesen llamado Txakoli, o vino de Tea, o mejor aún Vino de Talha!. Está claro que un vino es lo que nosotros deseemos que sea, y así lo entendieron cuatro o cinco cooperativas y otras tantas bodegas cuando decidieron comercializar algunas de sus elaboraciones como “Vino de Pitarra”, debiéndose llamar más bien “vino de excedente no apto para la destilación”, pero algo habría que echarle a la gaseosa, ¿no?...

Pero… ¿qué son realmente los vinos de Pitarra? se preguntarán muchos…, tal vez ese “qué son” los hacen diferente, pues no “son” sino “es”, así un vino de pitarra, es un vino elaborado por particulares y pequeñas bodegas, siguiendo en muchos casos, técnicas ancestrales, en otros aúnan modernidad y tradición, cada elaborador busca su estilo, su gusto, dotando a ésas pequeñas creaciones con esa tipicidad y singularidad que sus hermanos mayores aún están buscando. Muchos de esos elaboradores son los propios viticultores, que destinan una pequeña parte de su producción para elaborar los mismos, concepto éste de viticultor-elaborador semejante al de vigneron en “La France”, aunque también el concepto del estilo, la singularidad y la baja producción, nos recuerda a los llamados “Vinos de Autor” o de “Garaje”, pero no se engañen con éstos últimos términos, ya que a diferencia de éstos, no se especula con ellos, luego no lo busquen en la sección gourmet de algún supermercado, ni tienda especializada, no lo encontrarán en la sección de los vinos cuyo precio lo acompañan dos ceros, no…

Como dije al comienzo, Extremadura es la tierra de los extremos, y si eso es así, “el vino de pitarra” es su espejo, no se puede globalizar las características de éstos vinos, pues son tan dispares, tan distintos…pueden gustar o no, y no por probar uno de ellos, se puede dar veredicto de lo que son éstos vinos, para bien o para mal. Éstos vinos, oscilan como un péndulo entre el clasicismo de los de Montanchez, Trujillo, Sierra de Gata,... y los renovados vinos sureños, esparcidos por comarcas como La Serena, Tierra de Barros, Olivenza… De las nombradas zonas, solo en Montanchez se sigue practicando un ancestral técnica de vinificación, la cual da nombre a los llamados “Pitarras clásicos”, éstos se elaboran partiendo de uva principalmente blanca, aunque también encontramos las pitarras tintas o los mezcla de ambas, que son encubados con los hollejos, permaneciendo en contacto con los mismos hasta varios meses, tras esto se trasvasa a otro envase (generalmente de barro) donde se cría tanto el vino tinto como el blanco, bajo el “velo de flor” como El Jerez, lo cual los dota de unas característica singulares y propias, aunque no apta para todos los paladares. También están los “Pitarras modernos”, que poco tienen que ver con éstos, al menos en lo referente a los vinos tintos, pues se suprimen las largas maceraciones, se evita la aparición del “velo de flor”, se suprime el barro por el acero inoxidable y la madera, haciéndolos más acordes con los gustos actuales, lo cual sitúa a muchos de éstos vinos a la altura suficiente como para mirar a los ojos a cualquier vino, de cualquier zona, sin complejos. Los vinos blancos, se siguen vinificando en presencia del “velo de flor”, dotando a éstos de notas ajerezadas. Y es que no miento si digo, que en la Extremadura anterior a los años cuarenta, se elaboraba “vino fino” semejante al Jerez.

 Muchos sostendrán ahora en su argumento, que los vinos de pitarra modernos han perdido toda su esencia, pero entonces ¿qué me dicen de los Txakolies de antaño y los de ahora?¿Y de los Riojas de “Alta Expresión” y los Riojas “Clásicos”?. Renovarse o morir…

Para finalizar, éste desglose ¿dónde dejamos a los espumosos y CAVAs extremeños?,  pues por más que insistan “cuatro aspirantes a políticos”, no somos la alternativa de nadie, no somos la moneda de cambio en un boicot injusto, no somos quién para dejar de lado los más de 150 años de tradición del CAVA catalán. Solo deseamos crecer en éste mercado de manera honrada, justa y por méritos propios. Por lo que pido a esos enardecidos por un ansia de boicot, que si “Extremadura son sus vinos”, España también lo conforman sus vinos, con mayor o menor tipicidad, con mayor o menor arraigo, con menor o mayor autonomía…

 Extremadura no se entiende sin su artesanía, y no iba a ser menos en lo referente a los vinos espumosos, y así lo confirma algunas pequeños elaboradores “pitarreros”, que se han decantado por ésta opción, “los espumosos de pitarra”, que tal vez han sabido dotarlos como ninguno, de la tipicidad que solo ellos podían darles, de ese toque de distinción que pedía agritos el sector, trabajando a “doble lías”, estancias en botellas con las lías durante más tiempo, coupage de distintos vinos, añadas y uvas, muchas de éstas últimas con nombres como morisca, alarije, pardina,  eva o montúa…

Solo me queda decir, que Extremadura mira al pasado, con un recelo injusto, con los “vinos de pitarras clásicos”, al presente, y sin creérselo, con sus vinos acogidos a la D.O., y al futuro con la expectación y la esperanza depositada en sus Vinos de la Tierra de Extremadura, con sus CAVAs, espumosos y “vinos de pitarra renovados y espumosos”… ¿Qué me decís?...

Sofos 2008, resumen de la vinificación

Sofos 2008, resumen de la vinificación

La vendimia se llevó a cabo el 18 de septiembre, fecha elegida tras la realización periódica de los muestreos, en los que además de observar el GAP y la acidez total, también fijamos un tercer requisito, la madurez fenólica, pues queríamos obtener uvas con un alto grado de polimerización de los taninos. La determinación de éste parametro fue llevado a cabo mediante catas de las bayas muestreadas. Para ésta añada 2008, hemos querido repetir con la variedad Tempranillo. Se trata de una plantación de más de 30 años localizada en la comarca de Tierra de Barros (Badajoz).

Una vez vendimiada, los racimos fueron despalillados y las uva ligeramente estrujadas, encubándose en pequeños depósitos de 250 litros. Se realizó una mecerción prefermentativa por el método clásico de Borgoña, de 48 horas, tras la cual se realizó una siembra de levaduras y una corrección de la acidez del mosto por adición de un mosto de uva de preemvero (aproximadamente 3 litros/depósito), con ello no solo se corrige el tartárico, sino también el málico, el cítrico...evitándose de éste modo desequilibrios en el mosto-vino.

La fermentación se alargó durante 8 días, durante los primeros días de fermentación, se procedió con dos remontados de un volumen diario y 4 bazuqueos, para al final de la fermentación acabar con un remontado ligero de 1/3 de volumen y 5 bazuqueos suaves. Tras la fermentación el vino siguió en contatcto con los hollejos unos días más en los cuales solo realizamos tres bazuqueos diarios muy suaves. Tras la maceración en vino se descubó directamente a barrica de roble americano nueva (5 de octubre) donde realizó la maloláctica, tras la cual el vino ha permanecido en ella, en contacto con las lías y sin trasiegos. Sometiendo al vino a batonnage periódicos para resuspensionar las lías y favorecer la autolísis de las mismas. Tras la última cata realizada al vino (28/03/2009), hemos valorado que el vino se encuentra en optimas condiciones para el embotellado.

Fecha estimada para el embotellado: 03/04/2009

 

SOFOS 2010 un punto de inflexión

SOFOS 2010 un punto de inflexión

Desde el año 2004 hemos estado elaborando nuestras pequeñas joyas enológicas, siempre buscando nuestra distinción en éste saturado mundo.

Nuestra filosofía, ha sido, es y será siempre la distinción. Es por ésto por lo que la añada 2010 la vamos a destinar a reflexionar, estudiar e interpretar lo realizado hasta ahora, y lo que queremos en añadas venideras.

Por último deciros que en el 2011 volveremos, y os presentaremos el mejor SOFOS que jamas hayamos elaborado.

Sentimos profundamente no poder satisfacer en la citada añada 2010 a todos aquellos que desde el principio, han confiado en nosotros. Es por ello, que en la añada venidera 2011, seréis parte importante de éste proyecto...

"El gran estilo nace, cuando lo bello se impone a lo enorme"

La acidificación natural

La acidificación natural

En los climas cálidos es necesario una elevada maduración industrial (relación azúcares/acidez total) de la uva para obtener una buena maduración fenólica de las mismas, o lo que es lo mismo, para obtener buenos vinos tintos, la concentración de azúcares ha de rondar valores en torno a los 250 g/l (14º Bé), pues al aumentar la maduración de la uva, también lo hace el contenido de azúcares de ésta. No le ocurre lo mismo a los ácido que forman parte de la composición del mosto de uva, pues éstos (sobre todo el ácido tartárico y málico) disminuyen con la maduración. 

La legislación vitivinícola (Código Internacional de las Prácticas Enológicas) recoge la corrección de la acidez del mosto, por la adición de ácido tartárico (también se permiten otros ácidos, aunque en menor cantidad). Por lo que es práctica habitual, la corrección de éste parámetro en las bodegas (que nadie se lleve a engaño, pues es una práctica muy habitual y muy importante en la mitad sur de la península Ibérica). Y mi objetivo con éste trabajo, no es desprestigiar ni enjuiciar éste método, pues me parece vital en éste tipo de climas.

Más discutible es en todo caso, los métodos empleados para la disminución del grado alcohólico probable, que generalmente consite en la adición de agua, de ésta forma se disminuye el grado de 15% v/v en alcohol a 13% v/v. (tengo constancia del empleo de éste método en vinos de 95 puntos Parker) Pero prefiero centrarme en el objetivo del artículo.

El objetivo es la acidificación de un mosto de uva muy madura que ronda los 14º Bé y cuya acidez total apenas supera los 4 g/l expresada en ácido tartárico. La técnica consiste en adicionar un mosto de uva de pre-envero a la vendimia de uva tinta madura, de ésta forma no solo acidificamos, sino que disminuimos el grado alcohólico de la misma:

Mosto de pre-envero:

Para ello, podemos destinar un porcentaje de la plantación (5-10%) o bien realizar una plantación específca para tal fin. Vendimiandose cuando el valor de la acidez total rondase los 20-25 g/l, posteriormente se despalilla, se prensa para obtener el mosto y se sulfita hasta 200 ppm, de ésta forma nos aseguramos que no arranque la fermentación ni alteraciones bacterianas.

Empleo del mosto:

Basta realizarle un análisis a nuestra vendimia madura y calcular el porcentaje de mosto de pre-envero (ácido) que hemos de añadirle, que en el peor de los casos no superará eñ 10% de la composición final de nuestro vino.

Ventajas

- Elaboraciones más naturales.

- Adición de otros ácidos además del tartárico.

- FML más largas, ya que se aumenta sobre todo el contenido en málico.

- Ahorro económico.

- Disminución del grado alcohólico (recomendable para uva muy madura).

 

Inconvenientes:

- Determinar el porcentaje de uva ácida que habría que vendimiar.

- Menor disminución del pH con respecto a la adición de tartárico.

 

NOTA: Creo que lo más interesante sería poder combinar ambos métodos, empleándose éste en la corrección de la vendimia antes de la fermentación alcohólica, y las correcciones con tartárico en futuras etapas (de ser necesario).